El pasado 19 de mayo, mediante un comunicado oficial, el exgerente general de TAME, Miguel Reyes, renunció a su cargo tras la decisión del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, de liquidar a esta empresa pública. El 22 de mayo, en cambio, gran parte de los trabajadores de la aerolínea realizaron un plantón en Quito para solicitar al gobierno que decline su decisión y sino, les brinde garantías de una liquidación apegada a la ley.


La Agencia de Viajes conversó con Daniel Soria, vocero de los 933 empleados de TAME, quien precisó varios detalles del manejo de esta línea aérea. “Soy un empleado de carrera de 25 años. He trabajado siempre en la parte administrativa financiera. He visto cómo TAME ha ido evolucionando, creciendo hasta cuando el gobierno del señor Rafael Correa, en 2011, mediante decreto ejecutivo, convirtió a la compañía, que era mixta, manejada por militares, en empresa pública. Ahí se pueden ver claramente los estados financieros. Hasta el 2011 tuvimos una utilidad, a partir del 2012 que ya se convirtió en empresa pública, comenzaron las pérdidas que en 2012 estuvieron en alrededor de US$ 3.6 millones y después se vino acumulando hasta llegar casi a US$ 400 millones en apenas ocho años desde 2012 a 2020”, puntualizó.
Soria además explicó que las autoridades dispusieron que TAME tomara rutas no rentables. Un ejemplo, mencionó, fue la ruta Quito-Tena durante el gobierno de Rafael Correa. “Nosotros íbamos con un promedio de 10 pasajeros. Con eso apenas podíamos cubrir el precio del combustible y no los costos indirectos”. Dichos vuelos se operaban con su avión más pequeño con capacidad para 48 personas. La ruta funcionó a pérdida entre 2012 y ya en 2015 se tuvo que cerrar. Durante esos años TAME perdió alrededor de US$ 300 mil.
LA INICIATIVA TAME SÍ PUEDE VOLAR.
El 20 de mayo el #TameSíPuedeVolar fue tendencia en Twitter, pues entre los principales pedidos formales de los empleados se encuentra la revisión del decreto para evitar la liquidación de la aerolínea fundada en 1962 bajo el nombre Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos. Dicha desaparición este momento es una de las mayores inquietudes del gremio turístico. Para el presidente de Fenacaptur, Holbach Muñetón, TAME era prácticamente un regulador de precios que evitaba el monopolio en el mercado.
Por su parte, Rafael Martínez, presidente de la Asociación Nacional de Operadores de Turismo Receptivo del Ecuador (Optur) comentó en una entrevista con Ladevi: “Estamos preocupados porque aparte de ser la línea aérea ecuatoriana, va a dejar de prestar servicios y frecuencias en un momento tan delicado como volver nuevamente a los cielos. Quedarían algunas frecuencias sin operadores. Todavía no se sabe cómo el resto de aerolíneas internacionales harían una propuesta de tomar estas frecuencias, si estarían en capacidad. Sería un aspecto también muy negativo no solo para el turismo, sino para todo. Nos afecta mucho, nos duele como empresa ecuatoriana. Debería mantenerse en el tiempo. Debería buscarse una forma eficiente de administrar”.
Los representantes de TAME, Fenacaptur y Optur coinciden en que la aerolínea ecuatoriana no tuvo un manejo eficiente y adecuado por parte de las autoridades. Soria incluso cree que esta situación fue generada por las administraciones a nivel interno. “No culpamos solo al gobierno, sino también en parte a las administraciones porque se ha puesto a gente que viene de otras compañías. Ésta es una empresa de aviación. La gente que venga a dirigir esto debe tener conocimientos del tema.”
Finalmente, el vocero de la línea aérea señaló que los trabajadores solamente han recibido el 25% de su remuneración de marzo. “Falta el 75%, además abril y mayo que se está terminando. Prácticamente vienen a ser tres meses”.