La ministra de Gobierno, María Paula Romo, definió al 1° de junio como la fecha tentativa para reactivar los vuelos comerciales, luego de una reunión con el ministro de Transporte y Obras Públicas, Gabriel Martínez. Pero todo indica que el inicio de la recuperación será mucho más laboriosa que el mero hecho de fijar una fecha del calendario.
La reactivación, un reto en medio de la pandemia
Después de que se fijó al 1° de junio como la fecha de la reactivación, las primeras impresiones del sector son optimistas respecto de que al fin podrá empezar a despertar de una larga pesadilla. Pero, ¿cuáles son los retos que se aproximan? ¿El turista recuperará la confianza en viajar de nuevo? ¿Ya existen protocolos para movilizarse de manera segura? Analizamos la situación con varios actores.
En ese sentido, Diego Padula, presidente de Asecut, afirmó: “Los estudios determinan que será una recuperación lenta. Las aerolíneas han proyectado tener una oferta de vuelos bastante reducida y es evidente que la demanda está bastante contraída. Aquí es importante –y es un trabajo que lo hacen varias organizaciones y creo que las aerolíneas principalmente– trabajar sobre la seguridad al volar. El tratar de sacar el estigma de que el avión es un foco de contaminación”.
En efecto, mucho se habla del regreso a una “nueva normalidad” que implica estrictos protocolos de limpieza para evitar la propagación del coronavirus hasta que la vacuna sea una realidad (que según los expertos se obtendrá en 2021).
Asimismo, la palabra bioseguridad se ha convertido en una de las más usadas y en un gran reto para las autoridades y empresas. Desde que comenzó la emergencia sanitaria en Ecuador la mayoría de los eslabones que conforman la cadena de valor han permanecido paralizados. No así los sectores de transporte aéreo, terrestre y hoteles, que han servido para movilizar y alojar a quienes deben cumplir por 14 días con un Aislamiento Preventivo Obligatorio (APO) dictaminado por las autoridades. Estos procedimientos se han hecho bajo estrictos protocolos que incluyen el uso de mascarillas, guantes, visores, procesos de sanitización, entre otros.
A pesar de que los vuelos de repatriación han sido permanentes en lo que va de la emergencia, aún no existen medidas específicas para viajar en avión, por lo que cada aerolínea trabaja en protocolos propios para salvaguardar la seguridad de sus pasajeros. Los principales aeropuertos del país también declaran estar preparados para retomar vuelos comerciales.
Algunos otros segmentos, como el Horeca, sí cuentan con ciertas normas ya escritas. El Mintur informó a La Agencia de Viajes Ecuador sobre los sectores para los que ya existen protocolos de bioseguridad:
- Establecimientos de alojamiento turísticos en posibles casos sospechosos de coronavirus.
- Operadores turísticos para posibles casos de Covid- 19.
- Embarcaciones de transporte turístico marítimo fluvial con pernoctación a bordo.
- Protocolo para el uso de equipos de bioseguridad y normas de manejo de residuos en establecimientos de alojamiento turístico.
- Protocolo general de medidas de bioseguridad para establecimientos de alimentos y bebidas: restaurantes y cafeterías, al momento de su reapertura, en el contexto de la emergencia sanitaria.
REINVENTARSE COMO CAMINO A LA RECUPERACIÓN.
La confianza para volver a viajar tomará tiempo y dependerá de muchos factores. Reinventarse es un camino. Para esto en gran parte se pone en juego la creatividad, pues con la poca liquidez de las empresas que sobrevivieron a la crisis, la reactivación es desde ya un gran reto.
“Tenemos que ser disruptivos. Esto que ha pasado nos enseña a ser así. ¿Qué significa esto? Que yo tengo que romper esquemas. Lo que antes hacía ya no deberé hacerlo”, puntualizó Holbach Muñetón, presidente de Captur Guayas y Fenacaptur.
Asimismo, para lograr la recuperación el Mintur ha planteado acciones en temas relacionados a cooperación, promoción, competitividad, inversión, emprendimiento, desarrollo del turismo interno, entre otros.
Precisamente la promoción es uno de los principales ejes para incentivar a los viajeros. Para esto, tanto Marco Subía, presidente de Arlae, como Holbach Muñetón, están de acuerdo en que los fondos del impuesto para aerolíneas Eco Delta se debe destinar para la promoción turística, fin para el cual fue creado. De hecho, Muñetón habla de un desvío de fondos de ese rubro.
Además, la incertidumbre ronda al sector. Juliana García, presidenta de Aseguim, aseguró que no sabe a qué se enfrentará el gremio, pero ya se prepara para operar. “Tenemos escenarios para cómo operar en semáforo amarillo y verde. Se va a reactivar seguramente el turismo local apenas pasemos al semáforo amarillo pero muy poco. Según una encuesta nuestra el 70% de nuestra guianza era extranjera, entonces el 30% que queda se verá cómo va a funcionar”.
EL TURISMO Y SU RESILIENCIA.
El turismo es vulnerable a diferentes situaciones. Pero la esperanza de días mejores se mantiene: “No es la primera vez que los agentes de viajes nos vemos en crisis adversas y lo que se ha demostrado en la historia es que nos reinventamos y haciéndolo salimos fortalecidos”, Diego Padula.
“Seamos pacientes en este momento. No nos desesperemos porque el hoyo por el que estamos pasando es profundo. Debemos tener fe en que nuestra industria del turismo va a resurgir. Lo hará lentamente pero el futuro es maravilloso para nosotros”, afirmó Luis Romero, gerente general de la agencia Metropolitan Touring.