Empresas: el cambio ante la incertidumbre
En el escenario actual, utilizamos demasiados recursos físicos y mentales intentando controlar lo incontrolable, lo que –con el tiempo– puede llegar a resentir la salud física y mental.
Cambio: crisis, oportunidades y retos
Según la interpretación de culturas milenarias, el cambio es sinónimo de crisis, de oportunidades y retos.
Los cambios tecnológicos, fusiones entre empresas, cambios organizativos, reestructuraciones, restricciones sanitarias, etc., son ejemplos constantes de cómo una organización, en un entorno globalizado y competitivo, ha de cambiar e innovar para sobrevivir en el mercado.
Por lo general, los cambios se plantean por motivaciones de exigencias del mercado (mayor adaptación a los cambios continuos, restricciones sanitarias, restricciones de movilidad, competencia con otras empresas), mejora de la calidad, cumplimiento de plazos y exigencias de los clientes.
Los cambios en las empresas
Hay que considerar que la competencia mundial, la recuperación de la productividad y el reajuste de los valores humanos y sociales son aspectos que, por si mismos, ya propician cambios trascendentales en el mundo del trabajo.
Para todo ello, es necesaria la adaptación continua de las empresas para ser competitivas. Esto implica que cada vez se introduzca un número mayor de cambios, tanto en la forma como en lo que se produce, lo cual frecuentemente tiene claras repercusiones en los trabajadores:
- Ausencia de información y formación anticipada y adecuada.
- Altos costos humanos, debido a los esfuerzos por adaptarse a la nueva situación.
- Ausencia de principios psicosociales y ergonómicos en la etapa de planificación.
- Falta de medidas de apoyo, que son necesarias para la resolución de los problemas que se presentan.
Habitualmente se dan carencias en la preparación para el cambio. Esta preparación debería darse desde todos los puntos de vista: tecnológico, psicológico, ergonómico y organizativo.
Por lo general, el cambio es inherente a la dinámica de la empresa. Por ello, dadas las resistencias y tensiones que esto puede producir para sus componentes, se deben desarrollar formas de dirigir el cambio, dentro de la cultura de la empresa, que no sean lesivas o afecten a la salud de las personas.
Las diferencias de reacción de las personas ante una situación de cambio están influidas por:
- Factores exógenos: son externos a la persona y configuran el entorno en que ésta se desenvuelve. Comprende las condiciones culturales como factores socioeconómicos, vida familiar, estilo de vida, entorno social, ocio y tiempo libre, etc. Influyen en su manera de pensar y actuar.
No se puede considerar un plano de la vida sin tener en cuenta los demás. Por lo tanto, no podemos olvidar que existen unas interrelaciones entre el mundo laboral y la vida fuera de la empresa. - Factores endógenos: son características de la propia persona y su conjunto define la manera de ser y de reaccionar de las personas. Comprende la personalidad, la experiencia, la edad, el sexo, las motivaciones, etc.
Algunos de ellos son más estables, no cambian con el tiempo. Por ejemplo, los rasgos de la personalidad o la capacidad intelectual. Otros se obtienen por aprendizaje y, una vez adquiridos, tienen estabilidad, pero pueden variar con el tiempo; es el caso de los conocimientos, las motivaciones, las expectativas, las actitudes, etc.
Históricamente, es en la incertidumbre generada por las “crisis sociales” producto de pandemias, guerras, malos gobiernos, debacles económicas, hecatombes, desastres naturales, entre otros factores, donde individuos, grupos, organizaciones y sociedades, se han erigido exitosamente, mediante la creatividad e innovación, fortalecimiento de las mejores prácticas, conocimiento, valores, principios y el trabajo.
“No es la especie mas fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.”
CHARLES DARWIN