Tras más de 50 años de la rauda presencia por los cielos del mundo, el Boeing 747, entró en su fase final de su exitosa historia. El 8 de diciembre de 2022, la factoría de Boeing, en Everett (Estados Unidos), despachó la última unidad del mítico Jumbo Jet. O de la “Reina de los cielos”, apodo bien ganado por la elegancia de su diseño.
La entrega de este B-747-8 formó parte de un contrato por cuatro unidades adquiridas por la carguera estadounidense Atlas Air. Y la número 1.574 construida desde que comenzó la cuenta, en 1969.
El B-747 fue durante cerca de tres décadas el avión de pasajeros más grande del planeta. Hasta que Airbus, el archirrival de Boeing, lanzó el A380 (que dejó de producirse antes del B-747). Ambos aviones de cuatro motores, poco eficientes en términos de consumo de combustible y huella de carbono.
El primer operador del Jumbo Jet resultó Pan Am, que encargó a Boeing una aeronave que pudiera duplicar las 190 plazas que transportaban sus B-707. El resultado fue bastante más allá: en clase única los primeros B-747 podían transportar más de 550 pasajeros (aunque esa no fue la configuración elegida por la compañía). El último operador estadounidense fue Delta Air Lines, en 2017.
Al B-747 no le llevó mucho tiempo conquistar los cielos de otras latitudes. La unidad número 12 le fue entregada a Lufthansa, que la estrenó el 26 de abril de 1970 uniendo Frankfurt con Nueva York.
Hoy, la aerolínea germana ostenta la mayor flota de B-747 del mundo, la mayoría de la serie 8.
En Latinoamérica, la pionera en tener a “la Reina” en su flota fue Avianca (1976), mientras que Aerolíneas Argentinas haría historia en junio de 1980 al realizar el primer vuelo transpolar, conectando Buenos Aires con Auckland y Sidney.
Una segunda vida para un Boeing 747
Más allá de despertar admiración en muchos aeropuertos del mundo, hoy hay un Boeing 747 que sorprende por encima de todos los demás. Es un Jumbo convertido en alojamiento de lujo que descansa en Uluxatu, Bali, a 150 m. sobre el mar, en un acantilado.
El emprendimiento, llamado Private Jet Villa by Hanging Gardens Air, tiene como socio a Alexander Lebedev, uno de los hombres más ricos de Rusia. Y desde octubre las estadías están a la venta en Booking.com. Refaccionado a todo lujo, cuenta con dos dormitorios separados, sala de estar, dos baños y cocina completa. Costo promedio para cuatro huéspedes: US$ 1.600 diarios.
Más allá de todo, una cosa es segura: con muchos más años por delante, especialmente en el segmento cargas, los Boeing 747 seguirán reinando en los cielos. La leyenda continúa.
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