Un extenso reportaje de The New York Times revela la actual saturación del mercado hotelero y de alquileres tipo Airbnb en las Islas Galápagos, destino emblemático nacional e internacional. En otras palabras, la excesiva oferta está sobrepasando la demanda, afectando la ocupación.
Alojamientos Airbnb en Galápagos: afectaciones trascienden a hotelería formal
El crecimiento desmedido de los alojamientos temporarios tipo Airbnb en las islas Galápagos no solo ha causado perjuicios en los hoteles formales.

Vista de alojamientos en las islas Galápagos, donde hay un crecimiento desmedido de los alquileres temporarios Airbnb.
La situación se habría recrudecido a partir de la pandemia, en el 2019, con el crecimiento de los hospedajes promovidos a través de plataformas como Airbnb y Booking, luego de que los lugareños encontraran en este negocio la solución a sus mermadas economías.
Las cifras dan cuenta de esta situación. Mientras que en 2020 existían en Galápagos 350 anuncios para este tipo de alojamientos, en este 2025 se calcula que existen 1.364 establecimientos de este tipo, según información de la Asociación de Hoteles. Solo en el 2023, las reservas de los alquileres temporales superaron en un 50% a las de los hoteles formales.
Galápagos: cómo afectan alojamientos Airbnb a hoteles formales
Este aumento desmedido ha afectado principalmente a los establecimientos formales, que encuentran cada vez más difícil competir con habitaciones disponibles desde los US$ 8 dólares la noche, calificando a la situación de "competencia desleal".
Esto considerando que, además de enfrentarse a tarifas más bajas, los hospedajes formales -actualmente unos 300 entre hoteles, hostales y pensiones- deben pagar permisos operativos y medioambientales que pueden alcanzar hasta unos US$ 5.000 al año. A estos se suman las tarifas más altas de los servicios básicos como el agua y el gas.
Otros negocios que han traído complicaciones son los hoteles “camuflados”, inmuebles que funcionan igual que estos hospedajes -incluyendo guardianía, spas y gimnasio-, pero sin regulaciones.
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Perjuicio a economía y sostenibilidad de las islas
Sin embargo, este exceso de alojamientos que, automáticamente conlleva al ofrecimiento de tarifas más bajas, a la larga está afectando toda la economía de las islas, donde un 80% de los 30 mil residentes vive del turismo.
Esto porque la llegada de turistas de un menor poder adquisitivo equivale también a un gasto menor. Los operadores turísticos formales también se ven afectados por pescadores y residentes que ofrecen tours de un día.
Igualmente, este tipo de visitante comporta un mayor riesgo ambiental, al no pertenecer necesariamente a un nicho de turismo eco-consciente. Ejemplos de esta situación ya han sido documentados, con reportes de viajeros que ensucian las playas y asustan a los animales.
Lamentablemente este panorama está lejos de terminar, pues los municipios de Galápagos todavía no han establecido regulaciones para los alquileres temporarios.
En contraposición, para los alojamientos formales existe una moratoria desde el 2015 que les impide aumentar las habitaciones y las camas. Los hoteleros, así, creen que esta normativa debería también regir para los Airbnb.
Galápagos: el problema de fondo
No obstante, más allá de los desafíos que ha implicado el crecimiento de los alojamientos temporales en Galápagos y la saturación general del mercado hotelero, el problema de fondo es el aumento desmedido de turistas hacia el archipiélago, que, para este año, se proyecta cerrará en 300 mil (el doble del 2007).
Esto pese al incremento de la tasa de ingreso al Parque Nacional Galápagos, que, desde el 1 de agosto del 2024, pasó de US$ 100 a US$ 200 para los turistas extranjeros.
Este panorama, además, pone en peligro el ecosistema y sostenibilidad de las islas, Patrimonio Natural de la Humanidad.
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