“Le Champlain” es uno de los yates de Ponant Explorers, una de las líneas de Ponant Cruises, navegó utilizando biocombustible. Concretamente, biodiésel B100, 100% producido en base a aceite de cocina reciclado. El carburante fue cargado durante la escala que el yate realizó en el puerto francés de Cherburgo, durante septiembre pasado.
De este modo, Ponant se convirtió en la primera línea de cruceros francesa en probar esta nueva generación de biocombustibles. “Ponant continúa avanzando en su estrategia de sostenibilidad y descarbonización, en particular en su compromiso de reducir sus emisiones de CO² en un 30% por día de navegación hasta 2031”, expresa la empresa en un comunicado.
Ponant y el medioambiente
“Esta primera prueba de biocombustibles marinos forma parte de nuestra hoja de ruta ya que su huella de carbono es infinitamente menor que la de los combustibles convencionales, con una reducción del 90% de las emisiones de CO². Se producen a partir de aceites de cocina usados, se pueden incorporar directamente a los motores y ya están disponibles. Queremos ayudar a demostrar que es una alternativa creíble que puede contribuir a descarbonizar la flota de Ponant y toda la industria marítima”, comentó Mathieu Petiteau, director de nuevas construcciones e I+D de Ponant.
El B100 se produce en Francia a partir de aceites de cocina recogidos en la industria alimentaria, establecimientos de restauración y comercios de restauración franceses. Lo distribuye la empresa Altens, uno de los principales proveedores franceses de combustibles alternativos no fósiles para el sector del transporte. Todo el sector de producción de biocombustibles B100 está certificado por la ISCC (International Sustainability and Carbon Certification, Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono), un estándar internacional reconocido por la Unión Europea y que también garantiza la trazabilidad de las materias primas.
“Nuestro objetivo es utilizar biocombustibles en toda nuestra flota. El ‘Le Champlain’ está equipado con motores diésel Wartsila y el B100 es totalmente compatible como combustible directo para cumplir los objetivos. Con unas emisiones de CO² un 90% inferiores a las de los combustibles fósiles, supera las exigencias europeas para 2035. De conformidad con la legislación, el primer abastecimiento de combustible irá acompañado de una serie de pruebas para garantizar, en particular, que las emisiones de NOx sigan cumpliendo las especificaciones reglamentarias. También se medirán las emisiones de SOx, partículas y carbono negro. Una vez finalizada esta etapa de prueba, Ponant prevé extender su uso al resto de su flota, sujeto a capacidades de oferta”, concluye el comunicado.
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