Desde el pasado 24 de mayo, Germán Efromovich, otrora presidente ejecutivo de Avianca Holdings, perdió el control administrativo del conglomerado, propietario de la principal aerolínea del país y de un puñado de las más importantes de Sur y Centroamérica. Ahora, su mayor acreedor, United Airlines, es quien comanda la empresa a través de un tercero que, además, es un viejo conocido.
Avianca: un aterrizaje forzado
El pasado 24 de mayo, United Airlines declaró la emergencia sobre Avianca, que estaba en caída libre. Para evitarla, la aerolínea estadounidense decidió tomar el control y aterrizarla con una jugada financiera que, para muchos, deja más preguntas que respuestas. Abordamos tres cuestionamientos que la coyuntura ha despertado en todo el sector del turismo: ¿Cómo perdió Efromovich el control? ¿Qué pasará con Synergy Group? ¿Para dónde va Avianca? Aquí las respuestas.
La movida se concretó a través de una acción legal interpuesta por United, en la cual solicitó ejecutar de manera preventiva la garantía que Synergy Group le dejó por un préstamo de US$ 456 millones. En este caso, la prenda otorgada fue su participación accionaria del 51,5% en Avianca; por lo que, en la práctica, el control mayoritario de la compañía fue traspasado a United.
Así, Synergy perdió su derecho de voto como accionista mayoritario de Avianca y Efromovich fue removido de la presidencia de la junta directiva después de 15 años. Debido a un acuerdo suscrito entre United y su sindicato de pilotos, la compañía aérea no puede controlar ninguna otra; por lo que decidió nombrar a un tercero independiente con el derecho de voto en Avianca.
La solución fue Kingsland Holdings, la más importante accionista minoritaria de Avianca, cuyo presidente no le es indiferente ni a la compañía ni a sus socios ni a la cadena de valor del turismo. Se trata de Roberto Kriete, dueño de TACA, que se fusionó con Avianca en 2010.
Aunque esta movida no le quita a Efromovich ninguna de sus acciones en Avianca, sí despierta grandes cuestionamientos sobre el estado real de la empresa. Avianca venía de capa caída, con una constante depreciación de su acción, tanto en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) como en la de Nueva York (NYSE), y varias de sus filiales en serios problemas financieros.
¿Cómo sucedió esto? La Agencia de Viajes Colombia explica los factores que llevaron a la mayor aerolínea del país a la crisis y las perspectivas de futuro tanto de Avianca Holdings como de Synergy Group.
¿CÓMO CAYÓ AVIANCA EN CRISIS?
Desde un punto de vista bursátil, negar la crisis de Avianca era como tapar el sol con un dedo. Las acciones, que reflejan la valoración de la empresa en el mercado, han venido desplomándose constantemente desde julio de 2015.
Pese a varios repuntes, el título no levantaba cabeza. Por el contrario, el 23 de mayo de este año, solo un día antes de la reorganización, la acción tocaba su mínimo histórico en el mercado local (BVC), cotizándose en $ 1.250, un 76,81% por debajo del valor original por acción, estrenado en junio de 2011 con un precio de $ 5.390.
La estrepitosa caída en la acción de Avianca se debe a una pérdida de la confianza de los inversionistas, debido a que varios negocios del conglomerado mostraban importantes pérdidas durante los meses pasados.
Para entender el panorama, vale explicar que Synergy desarrolla como inversiones directas Avianca Brasil y Avianca Argentina. Desde diciembre, Avianca Brasil ingresó a la ley de quiebras y, desde entonces, su situación se ha ido deteriorando. Por un lado, se demora la venta de activos que permitiría recaudar dinero para honrar las deudas. Por el otro, su operación se vio recortada sucesivamente. En la medida en que las empresas de leasing, dueñas de buena parte de la flota, recuperaron sus aviones, Avianca Brasil redujo notoriamente sus operaciones y, por ende, sus ingresos.
Hace pocas semanas, los principales concesionarios aeroportuarios de Brasil decidieron cortarle el crédito y exigirle que pagara por anticipado los servicios, el BSP la suspendió del sistema, sus empleados lanzaron un paro por tiempo indeterminado exigiendo el pago de salarios atrasados y, finalmente, ANAC de Brasil suspendió todas sus operaciones hasta que la empresa demuestre tener la capacidad de operar con seguridad.
Por su parte, Avianca Argentina comenzó a verse perjudicada cuando debió suspender el inicio de sus vuelos hacia Brasil y devolver el Airbus 320 que iba utilizar para tal fin. A esto se sumó una devaluación que disparó los costos y una caída en la demanda, con reducciones importantes en el factor de ocupación y en los ingresos de la empresa. Muestra de ello, a mediados de febrero, la empresa solicitó al gobierno argentino autorización para iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis.
En Colombia, la huelga de pilotos de finales de 2017 le significó a la empresa dejar de percibir ingresos por el orden de US$ 150 millones, a la vez que debió compensar a más de 420 mil pasajeros por 14 mil vuelos cancelados y otros miles demorados. La recuperación del paro ha sido lenta.
Avianca reportó, además, pérdidas en el primer trimestre de este año por US$ 68 millones, pues ha tenido que emplear su negocio matriz para levantar a las demás inversiones del grupo. Otros problemas de la aerolínea incluyen rumores de espionaje a sus pilotos y el crecimiento de aerolíneas competidoras tanto en el mercado doméstico como internacional.
En suma, la crisis se origina en un déficit fiscal causado por el fracaso financiero de varias de las inversiones de Synergy Group, el cual se profundizó con un préstamo de US$ 456 millones que, dadas sus condiciones actuales, no parece poder cubrir ni siquiera con los activos que posee en Avianca Holdings.
¿PARA DÓNDE VA AVIANCA?
A la fecha, se calcula que los pasivos de Avianca Holdings suman más de US$ 1.500 millones. A principios de mayo, Standard & Poor’s (S&P) calificó la deuda de Avianca Holdings como negativa (con una nota CCC+), al considerar que la empresa está en gran riesgo de no poder cumplir con sus obligaciones.
Tras la entrada de United, la acción de Avianca ha repuntado a pasos agigantados, posiblemente debido a un aumento de la confianza de los inversionistas, que ven la movida como una oportunidad para la recuperación financiera de la compañía. Sin embargo, el título enfrentará volatilidad en el mercado en tanto no se estabilice su situación.
S&P otorgó a Avianca 90 días para reevaluar su nota a la alta si logra refinanciar sus obligaciones o puede demostrar que tiene cómo pagarlas en las vigencias ya establecidas. Esta calificación será clave para determinar la valuación real de la empresa y, con ella, su verdadero estado financiero.
Por el momento, United ha destacado que no controla a Avianca ni está interesada en controlarla, pues contractualmente no le es posible. De igual forma, en un comunicado, las partes han anunciado que “los cambios directivos en Avianca no afectarán su operación”.
Se espera que, en los próximos días, la nueva junta directiva anuncie cuál va a ser el proceder de la aerolínea, dado que el mercado está esperando cambios profundos en el rumbo de la empresa para mejorar su confianza en ella. En cuanto a Avianca Brasil y Argentina, su recuperación es incierta, pues se requiere de una inversión generosa de capital que, aparentemente, Avianca no posee.
¿QUÉ PASARÁ CON EFROMOVICH Y SYNERGY GROUP?
En el acuerdo sobre el préstamo de United se estableció un valor mínimo de la acción de Avianca, que se dejó como garantía para proteger la inversión de la aerolínea norteamericana. Uno de los factores que desembocó en lo sucedido fue la caída de este valor.
Así las cosas, la movida es preventiva mas no efectiva, pues Synergy Group aún tiene plazo para pagar el préstamo hasta 2021. Efromovich perdería su participación en Avianca si, para ese entonces, no logra pagarle el préstamo a United.
Synergy se mantendrá al margen de las decisiones de Avianca por el momento, pues perdió su derecho a voto que su condición de accionista mayoritario le confería. Dependiendo de la recuperación de Avianca, y de otros negocios de la empresa en Sudamérica, el conglomerado deberá saldar su obligación con United o llegar a un nuevo acuerdo si desea recuperar su posición en la junta directiva de la aerolínea.
¿UN CICLO CUMPLIDO?
El grupo Synergy saltó a las grandes ligas de la aviación comercial cuando en 2004 compró el 75% del paquete accionario de Avianca Holdings a cambio de US$ 64 millones, y asumió las deudas del conglomerado. Al año siguiente, el empresario boliviano-brasileño (con nacionalidad colombiana honoraria otorgada por el gobierno de Álvaro Uribe), adquirió el 25% restante. Dos años más tarde se anunció la fusión de Avianca con el grupo TACA, de la familia Kriete. Si bien en ese momento Synergy controlaba el 67% de las acciones, posteriormente fue menguando esa participación hasta el 51% actual. Junto a la unión con TACA, en meses posteriores compró la carguera Tampa y Aero Galápagos (AeroGal). Posteriormente, acordó la utilización del nombre Avianca, transformando su aerolínea brasileña en la filial local. Luego llegaría la adquisición de la mitad de la mexicana Aeromar, y por último la compra de MacAir para la conformación de Avianca Argentina. La creación del grupo, que volaba unido para una sola marca, lo posicionó como el segundo más importante de Latinoamérica detrás de Latam, por tamaño y volumen de operaciones.
AVIANCA Y TACA: UN MEMORIAL DE AGRAVIOS
La relación Efromovich-Kriete no ha estado exenta de agravios. Synergy Group y Kingsland Holdings se han demandado mutuamente en varias ocasiones por distintos motivos, alegando jugadas financieras turbias y competencia desleal por lado y lado. La sociedad de ambos empresarios comenzó en 2006, cuando Avianca y TACA se aliaron. En respuesta a la mayor participación accionaria de Avianca en el grupo, se descontinuó la marca TACA. Con ella, Kingsland pareció quedar en el olvido colectivo, pese a poseer el 14% de las acciones de Avianca Holdings. Como accionista minoritario, Kingsland demandó a Germán Efromovich ante una corte de Nueva York en abril. Con la acción, Kriete pretendía frenar el acuerdo comercial entre Avianca y United, alegando que Efromovich había elegido a United en beneficio propio. Este último ya había demandado a Kriete un mes antes acusándolo de ser un accionista desleal, que buscaba sabotear las alianzas de la compañía. Paradójicamente, a principios de mayo la Corte desestimó los alegatos de Kingsland, indicando que el negocio era legítimo. Hoy por hoy, United tomó el control de la aerolínea a través de Kingsland, cosa que no se habría podido dar si la alianza hubiera sido frenada por sus demandas contra Avianca.
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