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Turismo en las Islas Galápagos: la reactivación aún no llega

El COE Nacional aprobó el protocolo de vuelos desde Quito y Guayaquil hacia las Islas Galápagos y el protocolo de embarcaciones de transporte turístico marino – tour diario hace poco. Sin embargo, aun no existe oferta de vuelos disponibles hacia las Islas Encantadas.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) aprobó el protocolo para viajar hacia Galápagos y de esta manera reactivar el turismo. Entre la normativa se encuentran los siguientes procedimientos:

-Para arribar a las Islas Galápagos los pasajeros deben tener una prueba negativa para Covid-19. Los turistas nacionales, en cambio, deben mostrar el certificado de laboratorios autorizados por el Ministerio de Salud Pública.

-En el caso de turistas extranjeros que tengan resultados de laboratorios certificados de su país de origen dentro de los tiempos establecidos en este protocolo al momento del ingreso a las islas, podrán presentar ese documento como habilitante.

-Los turistas nacionales o extranjeros deben tener un salvoconducto para grupos organizados emitido por el Ministerio de Turismo (Mintur) para no cumplir con APO (aislamiento preventivo obligatorio).

LA DEMANDA EN LAS ISLAS GALÁPAGOS ESTÁ DEPRIMIDA.

Las autoridades gubernamentales indicaron que la reapertura de las Islas Galápagos empezaría desde el 1° de julio. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición las principales aerolíneas del país no tenían oferta hacia aquel destino, sino hasta agosto o septiembre de 2020 y a pesar del esfuerzo que realiza la cadena de valor para reactivar el turismo hacia el producto estrella del país, los pasajeros aun no llegan a Galápagos.

Aproximadamente el 95% de la población residente en ese destino vive del turismo. Por esta razón han realizado varias protestas para pedir por el rescate de la economía en las Islas.

Según cifras del Ministerio de Turismo, Ecuador registró 52.934 llegadas de extranjeros no residentes entre marzo y mayo de 2020. Las cifras de junio no están disponibles aún. Los números suponen una caída sin precedentes del turismo receptivo que en el mismo lapso se ubicó en 357.367 en 2019 -exceptuando a la población venezolana- en ambos casos.

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