Las emociones en el trabajo son una parte fundamental de la experiencia laboral de los recursos humanos. Las emociones pueden influir en cómo nos sentimos acerca del trabajo, cómo se construyen las relaciones con los demás y cuál es el rendimiento general.
Recursos Humanos: gestión de las emociones a través del Coaching
Gestionar adecuadamente las emociones de los recursos humanos contribuye a un ambiente de trabajo más saludable y productivo.
Existen diferentes emociones que pueden presentarse en el entorno laboral de una empresa, como la alegría, la frustración, el enojo, el miedo y la tristeza. Estas emociones pueden ser desencadenadas por situaciones, como logros de metas, la presión laboral, los conflictos con compañeros o superiores o la falta de reconocimiento.
Las emociones pueden tener distintas consecuencias en el trabajo. Por ejemplo, las emociones positivas como la alegría pueden aumentar el compromiso y la motivación de los empleados, mejorando su rendimiento.
Por otro lado, las emociones negativas como el enojo o la tristeza afectan la productividad y el bienestar general de los trabajadores.
Las organizaciones y los líderes deben reconocer la importancia de la gestión emocional en el trabajo. Una cultura laboral que promueva la comprensión, el apoyo y la empatía contribuye a mejorar la gestión de las emociones.
Implica fomentar la comunicación abierta, proporcionar apoyo emocional a los empleados y ofrecer herramientas para gestionar el estrés y emociones negativas.
Recursos humanos: coaching para la gestión de las emociones
A través de un proceso de coaching se pueden identificar las emociones. Esto implica que la persona tome conciencia de las emociones que está experimentando y las explore en profundidad. El coach puede utilizar preguntas y ejercicios reflexivos para ayudar al cliente a identificar y describir con precisión sus emociones.
Una vez identificadas las emociones, el siguiente paso es examinar las creencias y pensamientos subyacentes que están contribuyendo a esas emociones. El coach puede ayudar a la persona a cuestionar y desafiar los patrones de pensamiento negativos o limitantes que están alimentando las emociones no deseadas.
Seguidamente, el coach puede ayudar a la persona a desarrollar estrategias y técnicas de regulación emocional. Esto implica aprender a gestionar las emociones de manera saludable y constructiva. Enseñar técnicas de respiración, visualización, mindfulness u otras herramientas que le ayuden a calmarse y recuperar el control emocional.
Además, el proceso de coaching en las emociones también puede incluir el establecimiento de metas emocionales. El coach puede ayudar a identificar las emociones deseadas que anhela experimentar más frecuentemente y a establecer acciones concretas para lograrlo. Esto implica trabajar en el fortalecimiento de las habilidades emocionales de las personas y desarrollar una mentalidad positiva y resiliente.
“Una emoción no causa dolor. La resistencia o supresión de una emoción causa dolor”.
Frederick Dodson
* Marcelo Cristale es Licenciado y Profesor en Psicología. Psicólogo Social. Profesor de Psicología y Neurociencias aplicadas al Turismo en la Maestría en Economía y Gestión del Turismo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
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