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Viajes pospandemia: tiempo de revancha

Esta columna remarca las expectativas que priman en la industria ante el tan esperado regreso de los viajes. Un momento donde la vacunación juega un rol vital.

“Quien diga que la venganza es amarga no tiene paladar. Es dulce y sabrosa”. He aquí un aforismo de autor desconocido, cuya trama desconozco, pero que, según especialistas estadounidenses, hoy se justifica en la industria de viajes ante las cifras optimistas reportadas en los últimos meses por aerolíneas, agencias online y hoteleros en un marco donde la vacunación en masa da excelentes resultados.

La eufórica reanudación de la actividad ya se ha ganado un apodo que alguna vez pudo ser peyorativo, pero hoy adquiere un carácter salvador: “el turismo de revancha”. Viajando, millones de personas en el mundo desean desesperadamente vengarse de la ansiedad, el estrés, los problemas y las pérdidas que sufrieron como resultado de la pandemia.

Las encuestas apuntan a una demanda fuertemente reprimida y cierta recuperación. Un estudio publicado recientemente por HotelInvest y el Fórum de Operadores Hoteleros de Brasil, por ejemplo, muestra que las inversiones en nuevos hoteles en Brasil se mantuvieron estables a pesar de la pandemia, mostrando un futuro prometedor.

La razón es simple, según especialistas en comportamiento del consumidor: viajar brinda experiencias memorables, marca pasajes en la vida, trae aprendizajes, fortalece lazos. Desde el concepto de “pequeñas indulgencias” utilizado en el turismo de lujo, los sabáticos y los viajes de incentivo, hasta fechas especiales como lunas de miel o renovaciones de votos.

¿Para cuándo la recuperación?

Hay quienes plantean dudas sobre la rápida recuperación del mercado. Sin embargo, datos recientes de American Airlines muestran que en vuelos domésticos la demanda ya alcanzó el 90% de los volúmenes pre pandemia, mientras que Delta Air Lines está reestructurando su oferta en base a un aumento significativo de reservas. Mientras tanto, Google descubrió que la cantidad de búsquedas de viajes en los últimos meses es la más alta de la historia. Así, con más de 140 millones de personas vacunadas, Estados Unidos ve una euforia que se extiende a muchos sectores, en particular al turismo.

Por supuesto, la industria de viajes es la que más ha sufrido por el coronavirus. En este sentido, el escenario resultó aterrador para el segmento de negocios, que vio cancelados congresos, seminarios y ferias, y reuniones migradas temporalmente a videoconferencias. Y la hotelería, acostumbrada a las crisis, se reinventó.

Transformó salones de eventos en estudios para encuentros híbridos, salas en oficinas e incluso habitaciones en residencias temporales para profesionales que, actuando en primera línea, decidieron no poner en riesgo a los familiares.

En la mayoría de los hoteles orientados a los negocios en el mundo se ha registrado una caída inesperada y dramática en el número de huéspedes. Pero quienes apuestan por un escenario pesimista se equivocan.

No se pueden cerrar tratos sin un "ojo a ojo" y un apretón de manos. La cultura organizacional no se construye solo a través de Internet. El networking en los salones de ferias y las conversaciones entre participantes son fundamentales para cerrar alianzas. Y los viajes de incentivo son las recompensas más deseadas en las campañas de ventas.

Con cierta agilidad en la vacunación lograremos operaciones hoteleras rentables que en los próximos dos años permitan recuperar las pérdidas acumuladas. A partir de ahí, podremos volver a dormir tranquilos, como hacen nuestros huéspedes. Sin exaltados. Porque la venganza, nos recuerdan los turistas de hoy, “es un plato que se come frío”.

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