Una cara de la moneda muestra una rápida reactivación turística, la otra una lenta y tortuosa. La moneda ya está en el aire y el desafío no es solo adivinar de qué lado caerá para Latinoamérica, sino -sobre todo- cómo maniobrar en plena crisis para achicar el margen del azar y conseguir el reposicionamiento de la región de cara a la reactivación en ciernes.
La moneda de la reactivación turística está en el aire
Entender de dónde venimos, cuáles son las consecuencias de las actuaciones de los gobiernos en un año y medio de pandemia, y cómo juega la macroeconomía global, son algunas de las respuestas centrales que cuatro expertos brindaron en un seminario organizado por Fitzroy Tourism & Real Estate, donde Ladevi fue media espónsor.
De dónde venimos
El director ejecutivo de Fitzroy Tourism & Real Estate, Hernán Passalacqua, repasó algunos números que hablan del estancamiento de la región en materia turística, agravados por la pandemia y el estado crítico en que sumió a la zona. “Sudamérica representa el 2,5% del turismo mundial. Es muy poco y en términos de porcentaje es la misma participación que tenía hace 20 años”, explicó Passalacqua.
Pero no sólo la porción del Cono Sur es pequeña, sino que está concentrada. “El 75% de los arribos son intrarregionales. Es decir, solo el 25% (10 millones de turistas) son viajeros que vienen de fuera de Sudamérica”, detalló el director de Fitzroy Tourism & Real Estate.
A esos números se suman un empeoramiento en indicadores claves para la región, “como la abrupta caída en la percepción de la marca país y en los rankings de competitividad”.
La pandemia agravó todo
Passalacqua afirmó que “lamentablemente, la pandemia puso a Sudamérica en rojo, porque ocho de los diez países que la componen están entre los que tienen más casos de muertes por millón de habitantes en el mundo”.
En términos turísticos, el aporte del sector al PIB cayó en 2020 un 55% y la inversión en la actividad “ha sido nula y las conectividades aéreas hacia los principales destinos turísticos están en una mínima expresión”.
En conclusión, “Sudamérica vive momentos críticos y vendrán años muy difíciles para el turismo”, apuntó el director de Fitzroy Tourism & Real Estate.
Ver un resumen de la exposición de Hernán Passalacqua, de Fitzroy Tourism & Real Estate (1:57)
Una región, muchas realidades
Ahora bien, si ampliamos la mirada al conjunto de Latinoamérica y el Caribe los indicadores atenúan su negatividad. De hecho, según el Informe de Tendencias Económicas del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) el impacto de la pandemia en la actividad de toda la región registró una disminución del 42,4% en el PIB de viajes y turismo en 2020, lo que la ubica como la menos afectada a nivel mundial.
Entonces, ¿en qué quedamos? Nada nuevo. Las miradas uniformes para toda Latinoamérica y el Caribe han sido siempre un corsé estrecho para una zona tan diversa. Los abordajes de la pandemia no han sido la excepción. Por eso hoy se ven dos ritmos distintos en la reactivación turística.
Dos ritmos dispares de reactivación turística
“No hay una situación homogénea en la región, va desde los destinos caribeños que rondan la mitad de pasajeros que en 2019 hasta Sudamérica donde están por debajo del 75%”, graficó Juan Gómez, insight expert de ForwardKeys.
La proximidad a la fábrica de turistas de Estados Unidos y el estandarte del sol y playa son algunas de las claves que explican estas dos realidades. “Los destinos más resilientes han sido los de sol y playa, impulsados por el fuerte apetito por viajar de los estadounidenses. Tradicionalmente ese mercado representaría poco más de 50% de los arribos, pero en lo que va del año aumentó a más del 76% y se mantendrá en lo que resta del año”, explicó Gómez.
Claro que en el medio ha habido otros aciertos que pusieron a la industria en movimiento en los destinos caribeños. “Aquellos que más rápido comunican sus propuestas y más predispuestos a recibir viajeros se muestran son los que esperan un mayor número de visitantes estadounidenses. Y las aerolíneas lo han aprovechado aumentando su oferta”, comentó el ejecutivo de ForwardKey, quien sentenció: “Las restricciones son el mayor impedimento hasta la fecha. Los gobiernos juegan un papel clave a la hora de atraer a los viajeros”.
Ver un resumen de la exposición de Juan Gómez, de ForwardKeys (2:42)
Para Gómez, la máxima de que para que el sector se recupere prontamente es importante publicar las medidas sanitarias y mostrarse receptivos ha quedado demostrada con las recuperaciones de Puerto Rico, Miami o Cancún, por caso. “Cuando las fronteras se abren la demanda frustrada llega”, afirmó.
El panorama en Sudamérica es dispar. Cuando se observa el mapa de restricciones a los viajes se vislumbra que siguen estando en la subregión la mayor cantidad de países que mantienen sus fronteras completamente cerradas. Y esto también se traduce en el nivel de reservas para el último trimestre del año, donde Chile, Argentina y Bolivia siguen un 77% por debajo de 2019. Distinto es el caso de Brasil y Ecuador, cuya mayor flexibilidad hace que ya estén en torno al -45%.
Leer/Descargar último informe de restricciones de viajes de OMT (en inglés)
La venta directa gana espacio
“El canal directo de reservas ha disparado su cuota de mercado”, advirtió Juan Gómez, insight expert de ForwardKeys. Según la consultora de datos, ese canal ha registrado un incremento de casi 20 puntos en las reservas confirmadas a viajar a Latinoamérica hasta septiembre (el 55% del total). En cambio, el resto (agencias tradicionales, corporativas y OTAs) siguen por debajo de su habitual cuota de mercado. “No es de sorprender que en tiempos de tanta incertidumbre y cambios de última hora los pasajeros favorezcan transacciones con el mínimo de intermediarios posible”, planteó Gómez. De todos modos, el analista dijo que una vez que regrese el turismo en plenitud esa tendencia se revertirá.
Abran las fronteras
“El sector privado ya no puede seguir aguantando sin que se permita viajar”, señaló Maribel Rodríguez, vicepresidenta senior y CEO en funciones de WTTC. “Hay que eliminar las barreras y entender que las cuarentenas no sirven”, añadió en el marco de su participación en el seminario organizado por Fitzroy Tourism & Real Estate.
Cuán rápida o lenta sea la reactivación turística a nivel global y regional depende de varios factores, aunque en el discurso de Rodríguez se conjugan en uno: “La única manera de salir es asegurándonos de que el sector público y privado estén alineados”.
En ese diagnóstico aparece la experiencia en los ritmos de reactivación turística de las últimas dos grandes crisis: “Después de 2001 no hubo alineamientos ni protocolos comunes y la recuperación fue lenta. Tras la crisis financiera de 2008 hubo acuerdos entre los gobiernos y el sector privado y la recuperación fue rápida”, recordó la ejecutiva de WTTC.
Ver un resumen de la exposición de Maribel Rodríguez (5:19)
En ese marco, la representante de WTTC instó a los gobiernos a evitar los “bandazos” en las decisiones si se quiere recuperar la confianza del consumidor. Lo cual, según Maribel Rodríguez, está encadenado con la recuperación de la oferta perdida hacia los destinos.
“Una compañía aérea no puede poner rutas de un día para otro. Hay que ser conscientes de ello si se las quiere recuperar y primero hay que generar la demanda. Para todo eso hay que pensar a largo plazo”, planteó la CEO de WTTC.
El ejemplo de Europa para Latinoamérica
“En Sudamérica se tienen que plantear acuerdos entre los países y definir un marco común de trabajo. Por qué no copiar lo que está haciendo Europa ahora mismo”, afirmó Maribel Rodríguez, quien añadió que en el Viejo Continente hay grandes expectativas de recuperación del sector privado con la puesta en marcha del certificado Covid.
Una nueva narrativa para la región
Por último, Maribel Rodríguez aseguró que es momento de aprovechar las nuevas tendencias en viajes y turismo, a modo de impulsar la reactivación turística en los diversos países de Latinoamérica, y con ello beneficiar a su economía y sociedad en general: “Hay que mejorar la narrativa y hacer valer la ventaja competitiva que tiene la región en términos de naturaleza y no congestión de los destinos”.
En este sentido. Passalacqua hizo hincapié en una nueva chance para reposicionar a la región: “Sudamérica tiene algo muy particular: cuenta con el 60% de la biodiversidad del mundo en un momento donde temas como el cambio climático y la sustentabilidad están marcando la agenda. Esa es una gran oportunidad”.
La macroeconomía global
Con la caída de casos de Covid y la vacunación en marcha, la economía empieza a jugar a favor de la reactivación turística en el mundo. Partiendo desde una mejora sustantiva en la percepción de incertidumbre, los especialistas vislumbran una rápida recuperación en ciernes. “Hacia adelante vemos una reactivación muy rápida en Estados Unidos y Europa, de la mano de medidas de estímulo que han aplicado tanto los gobiernos como los Bancos Centrales”, señaló Claudio Soto, economista jefe del Banco Santander de Chile.
De todos modos, a los economistas les preocupa un alza en la inflación global, producto de una continuidad en los estímulos a la demanda combinada con cadenas de valor que siguen afectadas por temas logísticos (con cuellos de botella en el acceso a ciertos componentes). “O sea, problemas de stock y alta demanda han puesto mucha presión a los precios. De ahí surge el temor inflacionario en un contexto de mucha liquidez”, explicó Soto. No obstante, matizó ese escenario como “transitorio”, lo cual se vería corroborado con la visión de la Reserva Federal de Estados Unidos de mantener las tasas de interés en los mínimos históricos este año y en 2022.
¿A favor o en contra de Latinoamérica?
Lo primero que atenta contra Sudamérica es la situación sanitaria, siendo una de las pocas regiones donde no se ve una disminución tan marcada de casos de Covid y donde el porcentaje de vacunación es relativamente bajo.
Sin embargo, la macroeconomía global espera con guiños positivos a la región. Por un lado, porque la recuperación de los gigantes mundiales le ha dado un impulso muy fuerte a los precios de las materias primas que vende Sudamérica, tocando en muchos casos niveles récords históricos (cobre, soja, por caso).
“Esas son buenas noticias para Latinoamérica, porque significa que los términos de intercambio han mejorado de manera sustantiva. Es uno de los factores más positivos en términos de perspectivas de crecimiento hacia adelante”, detalló el economista del Banco Santander de Chile, para quien “después de inéditas contracciones en la actividad, este año se iniciará la recuperación económica. De hecho, desde abril todas las correcciones en las perspectivas de crecimiento son al alza”.
Según Soto el panorama igualmente es dispar: Argentina no se recuperará por encima de los niveles prepandemia hasta 2023, mientras que Perú, Brasil y Colombia lo harán en 2022 y en Chile se llegaría este mismo año. Esto por las políticas fiscales expansivas.
Ver un resumen de las proyecciones de crecimiento según Claudio Soto, Santander Chile (1:30)
En todos los casos, Soto prendió una luz de advertencia por el deterioro de la situación fiscal de todos los países por el aumento del gasto y medidas tributarias para hacer frente a la pandemia.
Al mismo tiempo, Soto proyectó que las monedas de la región se depreciarán con respecto al dólar, lo cual es una buena noticia para Latinoamérica en términos de receptivo turístico internacional, ya que mejorará su posicionamiento como un destino con buena relación precio-producto en el mediano plazo.
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