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OMT busca armonizar derechos del turista en el pos Covid

OMT aprobó el Código Internacional para la Protección de los Turistas, que plantea soluciones concretas frente a emergencias. Cuáles son los próximos pasos.

Con el apoyo de 100 países, la Organización Mundial del Turismo (OMT) aprobó en la reciente Asamblea General de Madrid el Código Internacional para la Protección de los Turistas (ICPT, por sus siglas en inglés).

El objetivo de fondo es que los Estados lo incorporen en sus legislaciones nacionales, de manera de tener un protocolo de actuación frente a emergencias de los viajeros y evitar las situaciones vividas, por ejemplo, a partir de los cierres de fronteras tras el estallido del Covid.

Para ello, el Código aborda directrices para la coordinación de acciones de prevención, asistencia, información y repatriación. Esto prevé, además, estandarizar medidas de protección de los turistas en los contratos, regular derechos y obligaciones de los prestadores, así como definir como métodos alternativos de resolución de conflictos.

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¿Cuáles son los próximos pasos del Código?

En diálogo con La Agencia de Viajes, Diego Benítez, miembro del Comité de Expertos por Las Américas en la confección de ICPT, aclaró: “El Código no es obligatorio para los Estados miembros, sino que tienen que adoptarlo y adaptarlo a sus legislaciones nacionales”.

O sea, el Código es voluntario, a menos que los Estados sancionen leyes que lo incorporen a su ordenamiento jurídico. En este sentido, Diego Benítez planteó que para Latinoamérica es particularmente útil avanzar en la adopción de ICPT: “En los países que estamos fuera de la Unión Europea hay una necesidad mucho más importante de este Código, porque ellos ya tienen dentro de su legislación, por ejemplo, el elemento de la repatriación de los turistas ante la insolvencia del prestador”.

Si bien el proceso puede ser largo e incierto, el experto saludó como un paso auspicioso en el continente la iniciativa de 24 países del Caribe, que ya se reunieron con OMT para armar un grupo y coordinar la adopción del Código en conjunto.

¿Participan las empresas en la adopción del Código?

La propuesta de OMT es que en el proceso de adopción del Código se convoque al sector privado para una mejor adaptación local.

De todos modos, hasta que no se convierta en ley, no es obligatorio para los prestadores. Aunque la idea también es que cruceros, grandes cadenas hoteleras o turoperadores apliquen los criterios de manera voluntaria, por ejemplo, en política de cancelaciones.

El éxito de este Código también depende de que el sector privado lo haga propio y comprenda que le serviría para resolver conflictos imprevistos, como por ejemplo sus problemas con la devolución inmediata”, explicó Benítez.

¿Qué problemas concretos resuelve el Código?

Según el experto de OMT, los capítulos más importantes del Código son los que se abocan a los contratos en sí (precontractual y venta online) y el de resolución de conflictos por medios alternativos. “Se evitarían muchos conflictos y bajaría la litigiosidad”, planteó.

ICPT garantiza el fin del contrato sin penalidades, a opción del pasajero. Autoriza al prestador a ofrecer vouchers (bonos) de aceptación voluntaria, siempre que permitan su devolución y tengan validez de 12 meses como mínimo, que sean flexibles, sirvan para nuevas reservas y sean transferibles. Al mismo tiempo, deben estar cubiertos frente a la insolvencia del prestador, como quiebras de empresas.

Consultado sobre qué diferencias hubiera habido de tener un Código similar antes del estallido de la pandemia, Diego Benítez graficó: “Dos cosas. Una es la existencia de una coordinación para el trabajo conjunto. Esa es la tarea pública: cómo resolver el problema de los turistas, apoyando a los prestadores locales con la información, seguimiento y respuesta de los casos. Por otro lado, el pasajero sabe que tiene la posibilidad de cambiar fechas y no tiene que empezar a escribir a los agentes de viajes para ver qué hace con su contrato. Si existiera una herramienta como la que propone el Código, el prestador ya sabe que lo puede reconducir y tiene las herramientas más claras como para ofrecerle la reprogramación del viaje. Esto reduce los conflictos”.

¿Cómo beneficia a los prestadores? “Me parece que sería un gran paso en términos de ayudarle al prestador a mantener las fuentes laborales. Y durante la emergencia dejar de ocuparse de los conflictos derivados de los contratos de turismo y abocarse a los de trabajo”, ejemplificó Benítez.

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